¿Están las organizaciones activando su talento para obtener el máximo retorno de la inversión en las personas? Spolier alert: no. Las compañías están “tirando a la basura”, entre el 25% y el 30% de su masa salarial….. En el mejor de los casos, porque la cifra puede llegar a alcanzar incluso el 60% en términos de coste de oportunidad.
Lo que está claro es que venimos de un mundo donde las personas eran un recurso más dentro de las cadenas de producción. En este tipo de escenarios, la gestión de personas estaba más centrada en administrar que en gestionar, básicamente porque esto último no era necesario.
En este tipo de ecosistemas, esta pregunta no era importante, ya que las compañías funcionaban y eran rentables a pesar de las personas, pero esto es algo que cada vez resulta más complicado. Las personas se han ido convirtiendo con el tiempo en el parámetro diferencial dentro de las compañías: los profesionales adecuados en los puestos adecuados, gestionados de acuerdo a ciertos parámetros, hacen de aquellas compañías que entienden este cocktail, lugares extraordinarios donde trabajar
En el complejo mundo de las organizaciones, las cantidades de dinero que se “invierten” en pagar a sus trabajadores no es una cifra menor. Las masas salariales aparecen en la cuenta de pérdidas y ganancias contabilizadas como un gasto, no son activables. Este gasto, que en función del sector de actividad puede variar significativamente, puede suponer una verdadera losa o convertirse en el dinero mejor gastado. Cuando una persona disfruta con lo que hace, aporta valor a la compañía y consigue formar parte de ese ecosistema organizativo, convierte ese gasto en un acelerador de negocio. La pregunta es: ¿ cuánto de ese desembolso estamos realmente utilizando de manera adecuada?.
En Dathum, esta ha sido una de nuestras obsesiones desde el primer momento: saber cuánto le cuesta al negocio la desmotivación de sus empleados y por qué. Las organizaciones dominan a la perfección el lenguaje del dinero. El tema de las emociones, sensaciones e impresiones es importante, pero el hecho de no poder traducirlo a dinero siempre lo ha colocado en segundo lugar, a pesar de que todos sabemos lo importante que resultan las emociones. “Lo que no se mide no se puede gestionar”, “lo que no son cuentas son cuentos”, … El refranero corporativo lo tiene claro desde hace mucho tiempo y era obligado trabajar en ello.
Hoy manejamos cifras que nos permiten asegurar con bastante certeza que aquellas compañías que consideramos hacen una gestión adecuada de sus profesionales están infrautilizando entre un 30% y un 25% de su masa salarial. Esta cuenta comienza a subir en cuanto la calidad directiva baja, cuando se contrata a personas para trabajos no adecuados, o cuando incorporamos personas a ecosistemas organizativos donde no encajan y no se les trata de acuerdo a las expectativas propias de cada quien. El caso es que esas deficiencias en la gestión de personas suponen un coste de oportunidad enorme y convierte la partida salarial en una verdadera ancla organizativa.
Los datos comienzan a hablar. Iteración a iteración empiezan a asomar patrones que permiten entender cómo surgen estas bolsas de costes de oportunidad, y lo que es más interesante, como atacar cada una de estas bolsas de dinero de una manera sencilla y efectiva para convertir el dato en acciones prescriptivas.
Iremos compartiendo todo lo que estamos descubriendo pero ya os podemos asegurar que cuando los problemas derivados de la gestión de personas se convierten al dinero, la motivación del negocio por solucionarlos se dispara significativamente.