El trabajo: ¿un mal necesario?
Rober
Oct 2024

Nos enfrentamos a una de las mayores amenazas para la humanidad. Mientras seguimos discutiendo sobre los riesgos de la inteligencia artificial, sobre pasar horas en el gimnasio para conseguir el cuerpo perfecto, o sobre llevar una alimentación saludable, nuestra mente sigue siendo la gran olvidada, y sin ella no hay nada.

En los últimos meses, gran parte de nuestro trabajo ha sido poner nombre y apellidos a esta problemática, porque nos negamos a aceptar que el trabajo sea un mal necesario. No puede ser que pasemos la mayor parte de nuestra vida consciente en un lugar que no nos gusta, haciendo cosas que no nos satisfacen. Esto desencadena una serie de patologías con síntomas variados, que pueden resumirse en un índice que mide el bienestar laboral de una persona. Nuestros hallazgos en muestras que abarcan más de 30,000 personas son, cuanto menos, significativos. A continuación, comparto algunos:

  1. El compromiso y el bienestar laboral son cosas diferentes: Nos hemos encontrado con personas muy comprometidas con sus compañías pero que tienen patologías laborales profundas que le impiden estar bien en su trabajo. También hemos observado lo contrario: personas con una excelente salud laboral, pero sin compromiso alguno con la empresa. La disociación de estos dos conceptos demuestra que el compromiso puede ser manipulado y adquirido mediante elementos extrínsecos, herramientas de gestión ampliamente utilizadas. El pasado industrial del mercado de trabajo ha evolucionado muy poco en los sistemas de incentivos, lo que genera una disonancia notable. Mantenemos de manera artificial a las personas en las compañías y eso deriva en pérdidas importantes de salud laboral, y por ende, de salud mental.

  1. ¿Qué es antes, el compromiso o el bienestar?: Esta pregunta recuerda al dilema del huevo y la gallina. Según los datos, el bienestar precede al compromiso, no al contrario.  Esto sugiere quién debe dar el primer paso.  La idea de que las personas deben venir motivadas de casa no se alinea con los datos. Las organizaciones tienen la oportunidad de crear entornos corporativos que promuevan el bienestar de sus empleados. Y esto no se trata  de tener futbolines, oficinas molonas, merchandising,... Se trata de tener un trabajo que encaje con tus intereses y habilidades, con un manager que sepa sacar lo mejor de ti, que confie en ti y te deje hacer, así como de tener unos compañeros en los que confiar y con los que poder contar, en un entorno donde puedas ser tú mismo y se acepten formas de pensar y ser diferentes. Esos entornos disparan la salud laboral y eso lleva a un incremento sustancial del compromiso. Este compromiso es sostenible, no es comprado ni artificial.

  1. Los diferentes perfiles profesionales tienen tasas de salud laboral diferentes: Toda nuestra metodología trabaja sobre el framework de culturas de Harvard, el cual nos permite identificar las predisposiciones culturales de las personas y establecer patrones de personalidad en cada cuadrante.  Al analizar la relación entre la predisposición cultural y la salud laboral, encontramos conclusiones muy interesantes: los perfiles con un mayor ritmo de trabajo, orientados al logro y con altas tasas de actividad, tienden a sufrir patologías laborales más intensas y en periodos de tiempo más cortos. Esto representa un desafío para las empresas con un gran número de personas con esta predisposición cultural ya que las cifras de absentismo y rotación se disparan. Por contra, en entornos con una predisposición a la seguridad y el orden las tasas de salud laboral son mucho mayores. No lo decimos nosotros, lo dicen los datos.

Hoy es un día importante, uno que debería hacernos reflexionar sobre lo que estamos haciendo mal en el ámbito laboral. Todos: empleados, empresas, instituciones y gobiernos, debemos comprender que este problema es la mayor amenaza para cualquier negocio, por no decir para la humanidad en general. Las reglas del pasado funcionaban en un contexto distinto. Este nuevo contexto exige reglas diferentes, y las cifras de salud mental nos están advirtiendo que estamos “locos” si seguimos por este camino.